domingo, 12 de junio de 2016

MAXIMUM CARNAGE - EXTRAS II


La distribución del videojuego tematizó la propuesta de su propia estética, encarnándola. Primero, como una consigna:


    El PÓSTER, por ejemplo, incorpora la transgresión del vandalismo urbano presente en las pintadas de GRAFFITI, como un elemento constitutivo de la distribución clandestina o la escritura marginal. Nos advierte que todo se teñirá de rojo o, al menos, nos interpela a que seamos nosotros mismos quienes pintemos la ciudad utilizando éste emblemático color que intenta crear un símil con la locura de CARNAGE.
Sin embargo, la idea apuntaba a dar comienzo a un fenómeno popular que se podía verificar a través de una identificación visual y plástica: el rojo del PÓSTER, el rojo de la PORTADA, el rojo del MANUAL e, incluso, el rojo del CARTRIDGE. Por antonomasia, se pretendía que ese rojo se plasmara en el jugador a través de, por ejemplo, una remera o una gorra que continuara materializando la venta hipotética que se evaluaba desde la operación mercantil.
    Este y no otro, es el motivo por el cual, el rojo sangre que se reconoce en la hoz o las hachas que materializa CARNAGE en su propia carne, se exterioriza a cada uno de los elementos que acompañan a los CARTRIDGES, cuya edición original:


     NEGRA para MEGA DRIVE.

GRIS en el caso de SUPER NINTENDO.









 
Es reemplazada, finalmente, por un rojo abrumador que nos invita a enloquecer (doblegarnos, entusiasmarnos, embriagarnos, fanatizarnos) en términos simbólicos:













El tono del rojo, no obstante, difiere,  sustancialmente, en las respectivas entregas de cada edición. La de MEGA DRIVE es un poco anaranjada, la de SUPER NINTENDO, en cambio, se acerca más a la idea conceptual que introduce el PÓSTER. El tono es más oscuro y no deja dudas sobre cuál es su referente hemoglobínico.

    Guiados por esta consigna (o manipulación), entonces, se nos invitaba a un mundo donde nuestra la realidad se pondría en suspenso. En principio, porque, momentáneamente, seríamos copartícipes de otra realidad (la locura de CARNAGE y la cruzada de SPIDER-MAN para detenerlo), una realidad que podríamos identificar y recrear a través de elementos concretos y palpables. De nuevo: el PÓSTER, la PORTADA, el MANUAL y el CARTRIDGE. El concepto detrás de todo esto, no obstante, era muy claro y, su intención, también: propulsar las ventas de las ediciones de colección del videojuego.
Sin embargo, y a pesar de lo que cualquier prejuicio analítico nos pueda sugerir, se trata de un detalle que no resulta menor cuando se integra la propuesta general de MAXIMUM CARNAGE, y menos cuando se repara en el acabado artístico que se perfiló desde cada una de estas operaciones de marketing. En efecto, la continuidad narrativa que se había logrado en, por ejemplo, el apartado musical, tuvo, a partir de la reelaboración del CARTRIDGE, una dimensión pictórica palpable que se pudo degustar con el tacto, además de con la vista.
    Cada CARTRIDGE, de este modo, adquirió un estatuto artístico por el solo hecho de adoptar una correspondencia temática con el personaje emblemático que dio vida a la historieta o, al menos, por intentar crear una correlatividad con el concepto que lo define: la sangre como metonimia del caos o la locura. De este modo, el videojuego, dejó entrever algo que, hasta el momento, sólo se asociaba o relacionaba con otros soportes artísticos, a saber, la sensación de tener algo valioso que merecía ser conservado.
Para comprender esto, podemos considerar que la persona que colecciona asocia aquello que colecciona a, al menos, dos cosas:

-    LA MEMORIA
-    EL VALOR

    Se colecciona, en consecuencia, algo que se quiere recordar o transmitir, y algo que tiene un valor encomiable (reconocible) y transferible (comercializable). De hecho, es gracias a este valor (artístico, económico o cultural) que se garantiza o justifica la idea misma de una colección. Por este motivo, integrar en una colección los productos de la industria de los videojuegos, es equiparable o lo mismo que reconocer, que éstos coquetean con o tienen un valor intrínseco. 



MAXIMUM CARNAGE - EXTRAS I


A continuación, se podrá disfrutar de cada una de las composiciones que formaron parte del SOUNDTRACK original de este videojuego. El álbum se intituló, modestamente, como MAXIMUM CARNAGE - ORIGINAL GAME [1] y cuenta con un trabajo íntegro de una de las mejores épocas de GREEN JELLY, una banda de punk que, como mencioné en otra oportunidad, nunca se estancó en ningún género, en ningún esquema preconcebido musical, ni, tampoco, en la continuidad que establece un elenco de integrantes estable.
    Esta libertad inherente a la volición de la banda, así como a la plasticidad de su afán (movilidad, flexibilidad), que se hace presente en la designación de un nombre ridículo (GELATINA VERDE) y humorístico, se traslada a una serie de composiciones igualmente plásticas (móviles, flexibles) que se amoldan, gracias a su plasticidad, a la demanda narrativa de escenarios variados, con sus correspondientes problemas o dilemas, y entornos dinámicos donde la acción tiene siempre como subtexto el escollo de la música.
    Por otro lado, se podrá comprobar cómo, a partir de la mimetización del entorno psicológico de la trama, los temas logran tensionar cada una de nuestras emociones introduciendo un clima que, de manera congruente, retrata el escollo de los giros de la narración. El vaivén de tonos oscuros a tonos claros, de momentos de oscuridad a momentos de luz, en este sentido, se expresa como una transición que pone a prueba los nervios del jugador mientras se lo conduce a una identificación constatable: ponerse en los zapatos de un grupo de superhéroes que debe lidiar con una crisis existencial.
    En pocas palabras, no falta nada, ningún detalle quedó librado al azar, porque desde el horror hasta la reintegración de la esperanza, cada uno de estos temas logrará recrear una emoción perdurable que ayudará revivir (de manera imaginaria, por supuesto) los momentos clave que plantea la narrativa de este videojuego. De este modo, desde la desintegración del orden social a la restauración de una paz necesaria, aunque temporaria, seremos transportados a través los arreglos de guitarras que se oscilan entre tonos limpios y saturadas distorsiones, acompañadas de ritmos de batería tan estruendosos como encomiables, a un mundo amenazado por la lógica de CARNAGE.

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[1] Cabe aclarar que esta nomenclatura forma parte del exordio de los FANS que se tomaron la molestia de recopilar los temas adaptados para el sonido que registraba el soporte de 16 BITS de la mítica SUPER NINTENDO. Desconozco si en el país de origen de este popular videojuego se publicó un material adicional donde se compilara el soundtrack en una calidad superior a la que se presenta en este aporte, pero estimo que no fue así debido a que no hay referencias bibliográficas sobre las producciones musicales de GREEN JELLY luego de terminar con su trabajo para este proyecto.